martes, abril 19, 2005

Dolor



Hay cosas que no podemos manejar, que van más allá de la razón, no sabemos por qué suceden, que en su tiempo marcan dolorosamente, que unden el corazón, que frustan sueños; pero... después que han ya pasado por nuestra vida, descubrimos las huellas, huellas de temple, y ahí podemos volver a ver la realidad, ver la verdad, ver que era un tiempo de un nuevo nacer, de crecer, ver que no estabamos solos, sino guiados al propósito mayor.
Dios cuan grandes son tus maravillas, no las alcanzo a comprender, demasiados grandes a mi entender.
Gracias por cada dolor, porque en el dolor te he visto y a través de él me has llevado a una alegria mayor. Porque sin darme cuenta has transformado todo mi ser.