sábado, abril 07, 2007

Un grito


Edvard Munch, 1893

Me siento sin fuerzas y también muy sola. Pero sé que no estoy sola, sé que tengo esperanza, pero hoy me siento en medio del desierto no viendo nada. La aridez y el dolor me acompañan. Tengo rabia, y es profunda, también estoy frustrada. Sé que en mi orgullo estoy equivocada, no soy Dios para designar en mi vida que es lo mejor,Él es el que sabe que es lo mejor. Pero este desierto que me acompaña muchas veces es emocionalmente mortífero. En este camino aparece la aridez de las voces que me hablan como si esto se tratase de algo esporádico, como si fuese un dolor de cabeza en donde uno debiera tomar aspirina y todo pasase..., algunos vientos me hablan cómo si se tratase de que mi mente lo generara, derrepente aparece el sol quemante que cree que yo disfruto el estar en este estado... YO POR DENTRO LUCHO ASUMIENDO MI CONDICIÓN Y TAMBIÉN MI DOLOR...sé que esto tendrá fin el día que Dios decida tener misericordia de esta situación en mi vida sea por un milagro o porque él decida llevarme con él.



Mi angustia hoy además del dolor físico, constante y crónico, es como tengo que vivir en un mundo de sanos, en el plano cotidiano de la vida y también emocional (aunque nadie esté sano 100%). Las ramplas de acceso que a veces me ofrecen de manera sincera me son tortuosas, tienen un ángulo más del que puedo subir.



Hoy estoy como un pájaro que tiene un ala rota, aprendiendo a vivir con ella.